Antes de ser policía, Judith Krieger ha estudiado en la Facultad de Derecho. Conduce un Citroën dos caballos azul marino. Vive en un ático. Juega a la petanca. No para de liar cigarrillos. Lee el Die Zeit. Cree en las cartas de Tarot. Escucha el meliodoso jazz del duo de la Alemania del Este "Friend and Fellow". En su IPod, "Horses" de Patti Smith. Lleva las uñas de los pies pintadas de negro. Es una excelente interrogadora.
El inspector de la Brigada de Desaparecidos Manfred Korzilius, Manni, comparte protagonismo con Judith en esta novela. Está pasando por una época de crisis. Es rubio. Tiene 30 años. Practica el kárate. Saborea a menudo pastillas "Fisherman´s". Le gustan las chuches, sobre todo los ositos amarillos de goma. Calza unas Nike.
Otros personajes: Berthold Prätorius, experto en informática y amigo de Judith; el forense Karl-Heinz Müller; Petra Bruckner, policia, gorda, de cuarenta y tantos años, experta en investigaciónes con presencia de niños; Axell Millstätt, el jefe de policia; Karín perito de la policia científica; y Margery Cunnigham de la policia judicial candiense.
Una asombrosa novela de suspense psicológico, un relato lleno de contradicciones, una historia sobre la vida y la muerte, la confianza y la traición. Dos investigaciones diferentes y distintas, no tienen nada que ver. En ellas afloran temas como el acoso escolar, la tercera edad, las crisis personales, las relaciones de pareja.
Gisa Klönne nació en 1964, es considerada como una de las mejores escritoras de novela negra en Alemania. Antes de dedicarse a la escritura, trabajó primero como editora y luego colaboró como periodista en diferentes medios . En Alemania, su serie de suspense psicológico con la inspectora Judith Krieger como protagonista, ha sido todo un éxito y se han publicado ya cuatro novelas. Ojalá podamos tener la segunda de ellas pronto entre nosotros.
Llegué a esta novela por tu post, y fijate los meses transcurridos y todavía no he triunfado con ella. La primera vez la dejé con cerca de 30 páginas leídas, la segunda ya llegué a las 80. No consigo entrar, no me siento cómodo, y no disfruto. No obstante voy a darle otra ya que no hay dos sin tres. Pienso que igual me estoy perdiendo algo. Ya te contaré si triunfo o abandono en el intento.
ResponderEliminarSlds.