Fernando es cabo de la Unidad Central de la Guardia Civil. De rostro duro. Es gay. Suele llevar consigo une Beretta 92
Guillermo Fernández era teniente del Ejército hasta que fue expulsado. Vive en la Avenida del Manzanares, cerca del Vicente Calderón. Escucha la radio, una Sony plateada y vieja. Ha estado realizando una huelga de hambre contra la corrupción, tema sobre el que ha escrito un libro. Recuerda a su padre, José, que murió de cáncer. Está separado de María. Trabaja en el mantenimiento de las calderas de carbón que todavía calientan las viviendas del selecto barrio de Salamanca.
Sira del Rosal es teniente de la Guardia Civil. Según Fernando, es una pepera de cojones, religiosa y un poco facha. Sira reconoce que los fines de semana se queda tirada en la cama, mirando telebasura y viendo alguna película de miedo. Come pizza congelada, pasta o hamburguesas con el pijama puesto. Viste un horrible abrigo "michelín". Es enjunta, de pelo liso y negro y cara aniñada. Es una solitaria, sin amigos y con los familiares en Málaga.
Otros personajes:
Cánovas es un Mayor de gran bigote.
Araújo es coronel de la Guardia Civil, de voz ronca, gran barriga y poblado bigote.
Ramírez es teniente de la Guardia Civil y Herminio, también del Cuerpo.
Patricia Monteviejo es asesora jurídica de la Brigada Acorazada y ex juez.
Sandra Katerina y el teniente general Jaime, del CNI.
Me ha gustado este Código Rojo. Eso sí, tengo que reconocer que no es una novela negra, por lo menos una novela negra al uso. Hay asesinatos y hay investigaciones, pero para mí el verdadero fondo es la denuncia. La denuncia sobre la impresionante corrupción en las Fuerzas Armadas, el tráfico de drogas y armas o los suicidios en el mundo militar. Dos guardias civiles y un ex teniente de las Fuerzas Armadas se ponen a investigar, casi por su cuenta, unos crímenes con conexiones históricas y un ritual concreto ya establecido: un método de tortura antiguo, el uso de insectos, un salón grande en el que exponer la obra de arte, una clara referencia al reinado de Alfonso XIII y una nota con una referencia histórica. El desenlace tiene sorpresa, porque algo no es lo que parece. En resumen, un libro de denuncia muy valiente, que pretende reflejar la falta de democracia que todavía hoy en día persiste en nuestras Fuerzas Armadas, y de los civiles que siguen apostando porque así sea, sobre todo para su beneficio particular. Lectura muy recomendable.
Luis Gonzalo Segura nace en Madrid en el año 1977. Militar desde el año 2002, ha estado al cargo de un centro de telecomunicaciones del Ejército de Tierra y en 2012 fue destinado a Afganistán. En varias ocasiones denunció la corrupción, el secretismo y los abusos en el marco de las Fuerzas Armadas. En el año 2014 publicó Un paso al frente, una novela basada en hechos reales, por lo que fue represaliado con varios arrestos y finalmente expulsado del Ejército.
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