jueves, 20 de mayo de 2010
UN DETECTIVE MAPUCHE
George Washington Caucamán, detective de origen mapuche, es el proganista de la corta novela negra titulada Hot Line, escrita en el 2001 por el autor chileno Luis Sepúlveda (Ovalle, 1949).
Como en cierta ocasión le dijo su superior "un indio mapuche en Chile es como un negro en Alabama, y siempre conviene tenerlo confinado en la Patagonia". Pero ésto cambia a raíz de cuando un día Caucamán descubre robando a un grupo de cuatreros (en realidad milicos) y le dispara al que resulta ser hijo de un general. Entonces deciden mandarlo lo más lejos posible, a Santiago, a la capital, y allí lo arrinconan en la uindad de delitos sexuales. Pero...... no sigo, es mejor que lo lean en la novela directamente.
Pampero es su inseparable caballo que siempre le acompaña en todos los paisajes de la bellísima Patagonia; y Anita Ledesma su taxista amiga en la capital.
Dice en cierta ocasión nuestro detective "llevo veinte años con la mierda hasta el cuello. Usted sabe que aquí los casos no se resuelven en el escritorio. Yo huelo las boñigas de una vaca y sé cómo se llama la abuela del ganadero". Y cuando le van a trasladar a Santiago piensa "¿Que diablos voy a hacer en la capital? LLevaba veinte años combatiendo cuatreros y contrabandistas, su elemento natural eran los cerros, podía dormir plácidamente sobre el caballo, en un agujero cavado en la nieve, o en lo más alto de un roble, abrazado a las ramas para evitar el hambre enloquecedor de los pumas".
Todo un carácter nuestro detective de provincias, George Washington Caucamán.
Como en cierta ocasión le dijo su superior "un indio mapuche en Chile es como un negro en Alabama, y siempre conviene tenerlo confinado en la Patagonia". Pero ésto cambia a raíz de cuando un día Caucamán descubre robando a un grupo de cuatreros (en realidad milicos) y le dispara al que resulta ser hijo de un general. Entonces deciden mandarlo lo más lejos posible, a Santiago, a la capital, y allí lo arrinconan en la uindad de delitos sexuales. Pero...... no sigo, es mejor que lo lean en la novela directamente.
Pampero es su inseparable caballo que siempre le acompaña en todos los paisajes de la bellísima Patagonia; y Anita Ledesma su taxista amiga en la capital.
Dice en cierta ocasión nuestro detective "llevo veinte años con la mierda hasta el cuello. Usted sabe que aquí los casos no se resuelven en el escritorio. Yo huelo las boñigas de una vaca y sé cómo se llama la abuela del ganadero". Y cuando le van a trasladar a Santiago piensa "¿Que diablos voy a hacer en la capital? LLevaba veinte años combatiendo cuatreros y contrabandistas, su elemento natural eran los cerros, podía dormir plácidamente sobre el caballo, en un agujero cavado en la nieve, o en lo más alto de un roble, abrazado a las ramas para evitar el hambre enloquecedor de los pumas".
Todo un carácter nuestro detective de provincias, George Washington Caucamán.
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