Teodor Szacki ahora es fiscal en Sandomierz, donde ha llegado después de pedir el traslado de Varsovia. Está a punto de cumplir 40 años. Divorciado, tiene una hija a la que no ve mucho y que vive con su madre en la capital. Le gusta correr por las mañanas junto al Vístula. Vive alquilado en un apartamento de un edificio antiguo de la calle Dlugosz, en pleno casco viejo al lado de un instituto erigido por los jesuitas en el siglo XVII. Trata de fumar tres cigarrillos al día. Adora a la poeta Agnieszka Osiecka. Le gusta la Coca Cola, pero solo en lata. En su despacho tiene una taza de café con el escudo del Legia de Varsovia. Y, por si acaso, su pequeña Glock. Recuerda a Kuznetsov, el poli que trabajaba con él en su anterior destino, su amigo y compañero varsoviano.
Otros personajes:
Barbara Sobierag, que es también fiscal. De entrada no le cae bien a Szacki, que piensa que es un "chochín intachable". Tiene 39 años y es alta, pelirroja, de caderas estrechas y poco atractivas. Se pone perfume de frutas. Conduce un Opel Astra y suele vestir vaqueros y un forro polar rojo. Está casada con Jedreçk.
Leon Wilczur es un veterano inspector de policía, criminalista. Parece un anciano con bigote, de pelo totalmente canoso, muy corto, con la cara llena de arrugas, como la de Leonardo en un autorretrato, sus ojos claros, casi transparentes. Fuma mucho y siempre le quita el filtro a los cigarrillos.
Maria Miszczyk, "Misia", es la fiscal jefe de Sandomierz. Pesa unos cien kilos. Le gusta preparar pasteles, bocaditos de nata y bizcocho con chocolate. Reconoce haber perdido la fe en Dios y la Iglesia.
Pawell Rzcznicki es forense, apodado "El carnicero". Mide dos metros de estatura, lo mismo que de anchura de espaldas y tiene aspecto de oso. Con un rostro sonrosado de buena persona y el pelo muy rubio, recogido atrás en una pequeña coleta.
María Tatarska es jueza, pipiola. Según Teo, es una auténtica maciza, con el cuerpazo de la chica de las páginas centrales de alguna revista. El escote de su blusa violeta habría sido considerado atrevido incluso en un club nocturno.
Jaroslaw Klejnocki es subinspector, psicólogo criminalista. Fuma en pipa. Lleva unas gruesas gafas. Viste un jersey de cuello alto, una chaqueta de tweed, los pantalones de un traje y unas deportivas rojas al estilo del doctor House.
Me ha gustado mucho La mitad de la verdad, en la línea de la anterior novela El caso Telak (2007), con su fiscal Teodor Szacki como protagonista. Por cierto, un excelente y muy conseguido personaje, que en esta ocasión tiene que investigar el asesinato de una mujer, que ha aparecido delante de una sinagoga desangrada de acuerdo con los ritos de sacrificio judíos. Pero no va a ser el único cadáver. En toda la narración están presente los encuentros y desencuentros entre polacos y judíos, el antisemitismo, la sangre y la venganza. Tiene un desenlace inesperado y muy bien construido. Lo dicho, una excelente novela negra que sin duda recomiendo.
Ha sido llevada al cine con el título en castellano de "La semilla de la verdad"
Zygmunt Miloszewski publicó en 2013 la novela Bezcenny (Inestimable), de gran éxito en Polonia. En la actualidad se encuentra escribiendo la tercera y última entrega de la serie del fiscal Szacki.
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