Aector McAvoy es sargento de la Unidad de Delitos Graves y Crímenes Organizados. Es escocés. Casado con Roisin, tienen un hijo, Finlay, y están esperando otro. McAvoy es un tipo grande, de pecho fuerte y ancho. Bien parecido pese a su pelo rojo y rebelde y su oronda cara de granjero. Mide más de uno noventa. Parece un poco pijo. Su mujer le prepara para desayunar huevos revueltos y salmón ahumado sobre una rebanada de pan de centeno. Recuerda que con Roisin acudieron a escuchar, en la iglesia de Hull, donde viven, un concierto a cargo de la Orquesta Filarmónica de Colonia. A McAvoy le gustan las barritas de chocolate y las gominolas. Y en los interrogatorios suele tomar notas en taquigrafía Teeline.
Otros personajes: La superintendente Trish Paraoh, que es una mujer atractiva, de cuarenta y pocos años, y parece más una señora de la limpieza que una detective de rango superior. Es de baja estatura, rolliza y tiene el pelo negro y largo. Es madre de cuatro hijos, trata a sus oficiales con la misma mezcla de orgullo, ternura y decepción agresiva que a sus retoños. Sobona y coqueta, tiene amedrentados a los oficiales más jóvenes, para quienes rezuma una especie de erotismo similar al de la madre del mejor amigo. Conduce un Mercedes plateado. En alguna ocasión viste una falda de cuero rojo hasta las rodillasy una rebeca negra ceñida, que acentúa su impresionante busto. Y botas de motorista. Le gusta el vodka doble. Fuma puritos finos. Y se come una bolsa de cortezas de cerdo. Helen Tremberg es una agente de policía alta y seria. Trasladada desde Grimsby, es una mujer de aspecto bastante normal, pero tiene un rostro que un artista disfrutaría. Delgada, con facciones diminutas en el centro de una cabeza amplia y redonda. Alta y atlética, ronda los treinta años. Es graciosa, enérgica y de trato fácil. La agente Sophie Kirkland, que se está comiendo un trozo de pizza, que utiliza para señalar la pantalla de un ordenador portátil. El agente Ben Nielsen, que es el oficial más joven de la comisaria. El inspector jefe Colin Ray. Y Gemma Tang, la atractiva oficial de prensa china, que es guapa como una modelo, con un trasero sobre el que, según la imaginación de Ben Nielsen, podrían rebotar monedas. McAvoy hace esfuerzos por no mirarla.
Me ha gustado "El oscuro invierno". Me ha parecido una novela negra muy negra. Se producen una serie de asesinatos que aparentemente no tienen nada que ver, pero que poco a poco se va demostrando lo contrario. Pero ¿cuál es la conexión entre ellos? Todos han sido supervivientes únicos de alguna tragedia. Y ahí aparece el sargento McAvoy, un personaje que a veces se nos hace entrañable. Enamorado de su familia y con una actitud inquebrantable a la hora de investigar. Excelente ambientación de la ciudad de Hull, East Yorkshire, fria y muy lluviosa antes de la Navidad. Para mí una novela muy recomendable para los amantes del género negro.
David Mark nace en Carlisle, Reino Unido, en 1977. Ha trabajado más de quince años como periodista, siete de ellos en la sección de sucesos del diario The Yorkshire Post. Esta novela "El oscuro invierno" es la primera publicada y ya está siendo traducida a varios idiomas. La segunda, "Original Skin", ya ha visto la luz en Gran Bretaña y esperemos que no tarde mucho en llegar a España.
Pues no me ha gustado demasiado, no. Y de negra-negra más bien poco, un intento de ser Ian Rankin de lo más flojito. Lugares mil veces narrados, crímenes mil veces visitados, todas las mujeres son redondas y de pechos generosos salvo la jefa-severa, una relación relamida con su mujer, casi irreal, el padre que en vez de pintar urogallos hace figuritas de madera, crímenes-protesta, cliché tras cliché...Gran decepción. Me quedo con Rebus, gracias a Dios no le da a su mujer besos con sabor a cereza.
ResponderEliminarEl padre que pintaba urogallos era el de Wallander. Por supuesto Rankin y Rebus están en otro nivel mucho más alto. Pero bueno, sobre gustos no hay nada escrito. Saludos.
ResponderEliminarYa, por eso digo. Lugares mil veces visitados...Es una novela británica que pretende ser nórdica. Si quiero leer nórdica, leo nórdica y si quiero leer británica, leo británica, pero no me interesan los cruces de raza con los nórdicos, ya sé que está de moda, pero me resulta previsible. Todos quieren ser nórdicos, y yo estoy de los nórdicos hasta la rabadilla.
ResponderEliminarHay nórdicos muy buenos como Jo Nesbo, Jussi Adler-Olsen o Lars Kepler.
EliminarMe lo habéis puesto buno, con las ganas que tengo de leerlo...Y estoy totalmente de acuerdo contigo, hay nórdicos geniales, para mí Johan Theorin, es un referente.
ResponderEliminarTe sigo y quería decirte que tienes un regalo en mi blog. Soy un poco un novata en esto de los blogs.
Muchas gracias. Saludos.
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